Le escribo porque necesito su ayuda. Hace un par de años conocí a un hombre que me pintó un mundo de fantasías y yo le creí.

Yo lo ignoraba al principio hasta que tomé la peor decisión de mi vida, porque allí empezó mi martirio.

Al principio este hombre me decía que me iba a tratar bien. Mi mamá, en su sabiduría, empezó a darme señales de que no era bueno, porque le dijeron que era un sinvergüenza.

Yo no hice caso a sus consejos y me junté con él y ahí empezó mi martirio.

Aunque nunca me alzó la mano, no me dejaba salir con mis amigas, era un lío si visitaba familiares, me iba a buscar al trabajo y a la universidad y para evitar problemas me salí de la U.

Mi mamá, indignada, me decía que lo dejara, que no me convenía. Yo creía que le tenía rabia, porque él le había pedido una plata prestada y no se la había pagado y, ¿qué hice yo?... me disgusté con ella.

Ahora me doy cuenta de que todo lo que me han dicho es verdad y por eso lo dejé.

Quiero acercarme a ella, pero temo su rechazo, porque las palabras que le dije fueron fuertes. No saben cómo lloro y le pido a Dios que no me tenga rencor y me deje regresar a su lado. Ya me volví a matricular en la universidad y hasta tengo trabajo, solo me falta mi madre para ser feliz.
Aristela

ARISTELA:
Tu problema tiene una solución fácil y es pedir perdón. Algo que sí tienen las madres es que a través del amor lo disculpan todo.

Tienes que prometerle que no vas a cometer ese mismo error y que de ahora en adelante vas a fijarte en quién pones tus ojos.

Noto que eres impulsiva y por eso tomas decisiones a la ligera, cambia esa actitud. Mira esta situación como una experiencia de lo que no debes hacer. Todavía estás joven y puedes rehacer tu vida.

Algo si es cierto, las madres rara vez se equivocan cuando aconsejan sobre asuntos amorosos.