La época es propicia para festejar, celebrar, pachanguear, como usted quiera llamarle. Muchos panameños les daban un toque diferente a estas fiestas, incluyendo en ellas la utilización de bombitas y demás juegos pirotécnicos. Sin embargo, antes de que llegue el gran día, el nacimiento del Niño Jesús, y el Año Nuevo, en las calles ya se está distribuyendo esta mercancía. Lo cierto es que las autoridades dieron una advertencia a los comerciantes y vendedores ambulantes, basada en el decreto Nº 753 del 16 de diciembre de 2002.
SE HARA CUMPLIR LA LEY
La utilización de los aparatos pirotécnicos es regulada por ese decreto que establece pautas, requisitos y procedimientos para poder acceder a la venta de este tipo de productos, dijo Juan García, director de Legal y Justicia de la Alcaldía de Panamá.
Estos productos sólo pueden ser puestos a la venta por establecimientos que cuenten con una licencia comercial y que estén debidamente autorizados por la entidad. No se permitirá que personas los vendan en las calles, semáforos o avenidas, y mucho menos a los menores de edad.
LA MULTA
Las autoridades serán enérgicas, y no les temblará la mano para poner las multas, si usted no cumple con la norma alcaldicia. Los infractores, según el decreto, pagarán de 25 a mil dólares, o si no serán arrestados, además, se les decomisará la mercancía.
OPERATIVO
A partir de ayer, la Policía Nacional, la Oficina de Seguridad del Cuerpo de Bomberos de Panamá, personal de SINAPROC y de la Alcaldía, incluyendo los 21 corregidores de la ciudad capital, realizan un operativo en conjunto, para garantizar al máximo la venta ilegal de los juegos pirotécnicos.
ALGUNAS RESTRICCIONES
El decreto es explícito. Se prohíbe la venta ambulante, se prohíbe el uso de los artefactos o fuegos artificiales dentro de las residencias y a una distancia no menor de 500 metros, en lugares próximos a hospitales, centros educativos, clínicas o edificios públicos. Si algún menor es encontrado manipulando, vendiendo o usando los juegos, serán puestos a órdenes de las autoridades competentes y a sus padres se les impondrá la multa.
HOSPITAL DEL NIÑO
Aunque en los últimos años se ha registrado una disminución de pacientes con quemaduras, producto de bombitas, el director Médico del Hospital del Niño, Alberto Bisot, espera que este año no sea la excepción. Sin embargo, sólo ayer un niño resultó herido en la pierna, cuando se encontró en un lote baldío ubicado en San Antonio, en el distrito de San Miguelito, un petardo que al prenderlo logró dejarlo con quemaduras de segundo grado semi profundas y recluido en el nosocomio.
Bisot recordó que el año pasado sólo llegó un niño con este tipo de quemaduras, procedente de la provincia de Chiriquí.
"Los niños son curiosos, carecen de habilidad, no tienen la destreza para soltar las bombitas, por lo que sus padres deben estar pendientes", indicó.
Agregó que aunque la venta a menores está prohibida, reconoce que las autoridades tendrán que hacer un buen trabajo para erradicar el mercado negro que hace de las suyas, proporcionándoles este tipo de juegos a los menores.
RECOMENDACIONES PARA ESTAS FIESTAS
Las autoridades recomiendan a los padres de familia que estén vigilantes del uso de estos productos, para que no representen un riesgo para sus hijos. Los padres tienen el deber de orientar a sus hijos sobre la prohibición del uso de los juegos pirotécnicos. También hay que tener cuidado con que los niños no estén cerca de ollas donde se cocinan tamales, porque podrían quemarse. Las maniguetas de la ollas hay que tenerlas siempre hacia el lado contrario, donde los pequeños no puedan agarrarlas. Hay que tener cuidado con las baterías que traen los juguetes, los niños podrían tragárselas, y eso produce quemaduras severas con perforación en el estómago.
UN JUEGO PELIGROSO
En muchas ocasiones niños han llegado con graves quemaduras al hospital, producto de estos juegos, que en manos de ellos no son más que un arma mortal. Sin embargo, hace un año, el 5 de noviembre, en el Estadio Nacional, minutos antes de iniciarse un partido de béisbol entre Panamá y Estados Unidos, fuegos artificiales que fueron lanzados explotaron en las graderías, dejando varios heridos y cobrando la vida de Ricardo Edwin Vega, de 41 años.
Hoy día la familia de Ricardo mantiene un proceso legal contra la empresa Pirotécnica de Guararé, ya que hubo fallas en el mecanismo de los morteros lanzadores.
El abogado de la familia, Líctor Reyna, indicó que el expediente está radicado en el Juzgado Sexto del Circuito Civil y se encuentra en la etapa de pruebas para posteriormente pasar a los alegatos finales y a la sentencia.
La demanda interpuesta es de 7 millones de balboas.
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