Fernando Andrés Antonío Madrigal, de 15 años, tenía muchos deseos de disfrutar esta Navidad, pero un conductor lo arrolló segando su vida, y no sólo eso, también se dio a la fuga la madrugada del domingo. Antonío es la víctima 32 de muertos por accidentes de tránsito en Colón.
El carro parecido, según un testigo, a un Yaris, Toyota o sedán, lo atropelló y su cuerpo fue lanzado contra una valla publicitaria que, aparentemente, le quitó la vida.
Hacía sólo unas cuantas horas que Fernando, el hijo más chico de tres hermanos, había puesto las lucecitas de Navidad en su casa y había podado el césped para luego irse con su hermano a conversar con otros amigos.
Cuando regresaban, después de terminar de caminar sobre el puente a la altura de Cativá, frente a su casa, Fernando fue atropellado. Ambos hermanos habían estado en una refresquería cercana.
Con lágrimas, Enrique Antonío, padre, hizo un llamado a la conciencia de este conductor que arrolló a su hijo más pequeño y no le importó. Fernando era estudiante del Colegio Abel Bravo de Colón, cursaba el IV año.
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