La NBA vivió una jornada especial, al ver cómo el legendario entrenador Pat Riley volvía de nuevo a entrar a un campo de baloncesto, para sentarse en el banquillo y dirigir a un equipo profesional, esta vez a los Heat de Miami.
Riley no mostró haber perdido nada de los elementos que siempre lo han definido desde que llegó a la NBA para convertirse en un ganador de 1.111 partidos, incluido el que los Heat lograron por 100-97 frente a los Bulls de Chicago, en el United Center.
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