Los arbolitos naturales deben mantener su frescura, y una señal de su calidad en este sentido, además de su verdor, es que cuando se corta una rama y se frota, deben desprenderse muy pocas partículas. Además, cuando están frescos, sus ramas no se parten al ser dobladas.

Durante el día, cerrar las cortinas para que no le dé el sol.

Cada tres días rociarlo con agua, utilizando un atomizador.

Ponerle un recipiente en la base del tronco y llenarlo con agua tibia, esto hará que se disuelva la resina y el arbolito pueda absorber el agua.