Sean mis primeras líneas para felicitar a los diez oncenos que participaron en la primera versión de la Liga Panameña de Fútbol (LPF) al igual que a los organizadores del evento, la fanaticada, los colegas que jornada a jornada le dieron interés al deporte que levanta pasión entre las multitudes y a todos los que buscan y desean que el fútbol local siga creciendo.
Este torneo dejó algo claro: el entusiasmo que mostraron los amantes de este deporte para que nuestro fútbol día a día siga creciendo y no se detenga en ningún instante.
Fueron más de 18 encuentros disputados -por equipo- con gran mejoría en lo que respecta a organización y nivel futbolístico. Los equipos se reforzaron, dieron lo mejor de sí para hacerse con la corona, pero al final, fue el conjunto del Árabe Unido quien se impuso en la carrera donde solo llegaría uno a la meta.
LO MALO.
Algo que se trabajó durante toda la competencia fue empañado al final, la actitud del gran jugador, porque lo es, Luis Tejada del Tauro FC, quien en un estado de enojo reventó y no pudo controlar su ira al agredir a un rival, al árbitro Rolando Vidal e, inclusive, intercambió palabras obscenas con los fanáticos.
Lo cierto es que debemos seguir trabajando para llegar al objetivo específico, que es profesionalizar en Panamá el deporte más hermoso del mundo; todavía nos falta mucho camino por recorrer, pero cuando hay talento y cuando está la materia prima, con un trabajo bien planificado se pueden alcanzar grandes metas.
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