La alegría de cuatro pequeños y sus madres, padres y abuelas que los acompañaban, se veía reflejada en sus rostros, ya que la fiesta los tomó por sorpresa.

Dicha actividad se le celebra, desde hace seis años, a los niños que se encuentran recluidos con diferentes padecimientos.

Dulce, helados, canastitas y regalos fue lo que recibieron los niños que están hospitalizados en la sala de Pediatría y otros en observación del cuarto de urgencias.

Pero este año, algo cambió el ánimo de los funcionarios que la organizaban -no era el mismo de todos los años-, por lo que no se cantaron villancicos ni tuvieron payasos, como señal de luto.

La orientadora Yaitzeth Calderón, quien organiza todos los años la fiesta navideña, comentó que por la muerte de sus compañeros, entre ellos, el esposo de la otra funcionaria que ayuda a organizar la fiesta, no se hizo tan grande como antes.