"¿Será mudo el pasado?"
Eduardo Galeano
Ya viene enero, mes de los inicios, de las renovaciones, de las repeticiones. Sí, porque, si de verdad todo fuese cosa nueva, cometeríamos nuevos errores y no las mismas metidas de pata de siempre. Estamos hasta las clavículas en deudas, pero ya estamos atentos a los baratillos, ¿para qué? Para comprar los mismos artículos que compramos caros en diciembre.
Es que con esto de las ofertas le juegan a uno la prestidigitación psicológica y se termina comprando dos veces un cacharro que es doblemente inútil. Por ejemplo, en diciembre pasado, compré un disco duro externo para que sirviera de memoria de respaldo a mi computadora; tiene un montón y pico de gigas de memoria. Pero hace un par de días, no resistí, compré por casi el mismo precio otra memoria externa que tiene 15 veces más espacio libre. En la primera memoria, guardé todos mis documentos, fotos, músicas, videos y todo cuanto se me pudo ocurrir, es más, estuve tentado a pedirle a una vecina su información digital para guardarla en mi nuevo aditamento; apenas ocupé el 10% del espacio. ¡Qué barbaridad!
Cuando intenté utilizar mi segunda compra, la memoria que tiene 15 veces más espacio libre, resultó que la inútil de mi computadora no tenía suficiente velocidad y se volvió loca; nunca pudo identificar aquel bicho electrónico y terminó por dañarse. Bueno, quizás la patada que le metí en la torre fue la responsable del soponcio cibernético. Terminé gastando mucho más de lo que supuestamente me había ahorrado con la rebaja. ¿Verdad que eso es meter la misma pata en el mismo hoyo lleno de lodo?
Sí es verdad que nosotros los seres humanos somos seres de costumbres fijas, por lo cual siempre metemos la pata. ¿Será que por eso cada año nuevo nos hacemos nuevos propósitos?
|