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Lo mataron por unos reales
Momentos en que hacía en levantamiento del cadáver en la Policlínica de Santa Librada. (Foto: MIGUEL CAVALLI y ERICK MARCISCANO / EPASA)

Milagros Murillo F. | DIAaDIA

Las últimas víctimas del 2009. Así como se fue el año, se apagaron las vidas de al menos cuatro personas, cuyas familias empiezan el 2010 con luto y dolor; tres de ellos fueron abatidos a tiros, mientras que uno, aparentemente se suicidó.

SOLO ESTABA TRABAJANDO
Lloran la muerte de su padre. El llanto incesante de los hermanitos Herrera se hacía eco en la vivienda ubicada en Los Andes # 2, y es que, ahora tienen que enfrentarse a la idea de que su padre Erick Herrera, de 39 años, falleció a manos de delincuentes.

Toda una vida dedicada al servicio del transporte fue truncada la tarde del pasado miércoles cuando fue a hacer "la media", es decir manejar el bus medio turno en el área de Santa Librada, pues antes de este incidente no había tenido ningún otro problema.

Erick, quien tenía tres hijos, dos varones de 16 y 14 años de edad, y una niña de 11, era propietario de un bus de la ruta de Los Andes 2, pero aunque no solía trabajar los miércoles decidió hacerle unas vueltas a un amigo en la ruta de Santa Librada.

Según le explicaron a su esposa, Olivia, él había terminado su jornada e iba rumbo a la piquera a entregar la cuenta, pero cuando estaba por el sector conocido como la vereda del Guandú, en Santa Marta, dos jóvenes que viajaban como pasajeros resultaron ser asaltantes.

Ellos le pidieron que les entregara el dinero y Erick les respondió que no tenía nada, uno le disparó, pero el arma se encasquilló y aunque el señor optó por darles el dinero, un disparo le llegó al corazón, para luego huir con la máquina del dinero.

Aunque se dieron a la fuga fueron identificados con el alias de "Indio" y "Ornelis".

Como un padre amoroso, amable y cooperador fue definido por Olivia, quien admitió que cuando la llamaron para decirle lo ocurrido ella se fue a la Policlínica Generoso Guardia, de Santa Librada, con la esperanza de que estuviera vivo, "yo iba con la fe de que lo habían atendido y estaba bien, pero cuando llegué ya estaba muerto", agregó.

Ella tendrá que empezar este nuevo año, luchando sola con sus hijos y rogándole a Dios que le muerte de su esposo no quede impune.

HOMICIDIOS
Hasta la tarde de ayer, 777 personas fueron asesinadas.





 
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