El año nuevo llegó y Las Tablas triunfó, porque el lujo y el esplendor que derrocharon fue impresionante.
Minutos antes de la medianoche, el parque Porras estaba lleno de gente esperando para ver quién lucía más brillante, si la reina de Calle Arriba o la de Calle Abajo.
Dadas las 12:00 de la noche, las dos reinas subieron a sus carros y las tunas se prepararon para gritarle a la contraria.
Ambas tunas no cedieron. Esto es lo que distingue al carnaval tableño, que dan todo por el todo y prueba de ello fue el gran espectáculo que mostraron al público.
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