Nunca es tarde cuando la dicha es buena. No hay nada más gratificante que ver la carita de felicidad de un niño, la sonrisa y el brillo de sus ojos al sentirse sorprendido, vale más que el dinero.
Esa experiencia se vivió en el distrito de Chepo, luego de una entrega de regalos que se tenía programada para niños de escasos recursos, pero que después de la tragedia ocurrida a principios de diciembre, cuando cientos de familias perdieron todo en las inundaciones, el periodista deportivo Jhony Mosquera, organizador de la actividad, no dudó en incluir a los niños del albergue de la Escuela Santa Isabel, para que también fueran beneficiados.
De inmediato, empezó una carrera casi maratónica, que debía conseguir el triple de los regalos que se tenían programados, pero, gracias a personas de noble corazón, el objetivo se cumplió y DIAaDIA estuvo allí, por lo que comparte la experiencia con estos pequeñines.
LA VISITA EN EL ALBERGUE
El primer punto visitado fue el albergue, donde justo a esa hora que los adultos se reunían con autoridades para conocer las alternativas de un lugar dónde vivir, por allí, en los predios, jugaban los niños, quienes a pesar de su inocencia perciben la magnitud del problema de estar sin casa.
Las miradas tristes fueron reemplazadas por sonrisas, cuando en uno de los pasillos del plantel todos fueron reunidos para disfrutar de piñatas, canastitas con golosinas y regalos.
Sin mucha algarabía, pero emocionados, formaron la fila en orden de tamaño para recibir su parte. Mientras, muy de cerca, estaban sus padres vigilantes, agradecidos con la sorpresa que recibieron sus niños, quienes pasaron la Navidad y un Año Nuevo con mucho pesar.
ELLOS TAMBIEN GOZARON
El segundo punto a visitar fue el Gimnasio José G. Pulido, donde otro grupo de niños esperaba ansioso, mientras el momento de la repartición llegara. Ellos disfrutaron hasta más no poder, jugaron básquetbol, cantaron y corretearon por todo el lugar.
Uno de los momentos más esperados fue el de romper la piñata; los niños no querían dejar escapar ni una sola pastilla y, aunque hasta llanto hubo, todos se fueron satisfechos con las golosinas.
Luego, se agruparon frente a la mesa de regalos, donde uno a uno fue llamado para entregarles los presentes que enviaron los "padrinos y madrinas".
"Gracias", dijeron contentos e inmediatamente se fueron a las gradas a abrirlos.
Ya entrada la tarde, la misión se había cumplido y, poco a poco, así como llegaron, se fueron marchando a sus casas, felices con sus regalos.
|
 |
ADEMAS EN ESTA SECCION... |
|
|
|