¡A dónde hemos llegado! Mucho se ha cuestionado sobre la calidad de la educación en Panamá.
La sociedad civil se ha unido con las autoridades educativas, para lograr que los panameños reciban una buena educación, que en muchos casos debe competir con las clases de delincuencia y las largas horas de ocio que encuentra la juventud en general en las calles.
Pero nadie se imagina que la delincuencia esté tan organizada, que cuenta con edificios especiales para instaurar su propia "escuela de la violencia", atemorizando a la comunidad. Posiblemente, los padres han desviado la atención de sus hijos y ni siquiera saben qué hacen, mientras ellos trabajan o simplemente están en casa. Éste es un tema que hay que abordar, seriamente, como sociedad.
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