Resulta que antes de que estuviera el puente, los carros hacían una parada obligatoria para entrar a la barriada y en ese lapso podían cruzar los cuatro paños, pero ahora los vehículos que transiten sobre la vía Tocumen tendrán paso expedito.

Los moradores están de acuerdo con el puente porque en ese lugar se daban muchos accidentes, pero ellos pensaron que también les iban a construir un paso peatonal.

Maritza Garibaldi es moradora del área y dijo que el puente no los deja cruzar hacia Pedregal y tampoco se puede llegar a la Plaza Las Acacias que está dentro de la barriada, ya que los carros van a velocidad.

Ella considera que si colocaran unos resaltos en la entrada de la barriada, habría menos peligro porque hace unas de semanas una señora mayor fue atropellada por tratar de cruzar.

Pero el panorama parece que no cambiará pronto, porque Jorge Pitalúa, director Nacional de mantenimiento del Ministerio de Obras Públicas, manifestó que el paso peatonal le compete a la Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre (ATTT) y debe ponerse de acuerdo con los comercios del área.

Un poco molesto, dijo que ellos sólo cumplieron con la construcción de la obra que tenía dos administraciones pendientes y donde no habían contemplado el puente peatonal.

Además, en la institución estaban los hierros y tubos y no podían desperdiciar 4 millones de inversión.

Para él es imposible que se construyan puentes peatonales cada 50 metros, a menos que haya comercios, pero en la entrada de Las Acacias hay un supermercado y una plaza comercial.

Voceros de la ATTT reconocen que hay que hacer un análisis en el terreno, el cual se hará cuando el puente se empiece a utilizar y, según Pitalúa, será para la semana que viene cuando lo inaugurarán.

NO HAY OPCION
Los peatones tienen que cruzar por debajo del puente, porque el otro puente peatonal está a más de 50 metros.