Llevo ya diez años de laborar ahí y me sé todos los movimientos, lo que me hace un empleado eficiente. Eso todos lo dicen, inclusive varios de los dueños me ven como empleado de confianza.

Lo que me tiene disgustado es que yo estoy haciendo el trabajo que le corresponde a una jefatura, pero no me dan el cargo ni un sueldo acorde con lo que estoy haciendo.

Lo peor es que han nombrado a un muchacho recién llegado del extranjero, todo lleno de maestrías, pero de conocimiento nada, y él sí tiene el cargo y el salario.

Yo debo hacerle todo el trabajo, y lo que me respondieron cuando protesté, porque hago el trabajo de dos fue: es que él tiene prestigio.

Mi esposa me dice que acepte una propuesta que me hicieron en otra empresa. En ese otro empleo, me pagarán menos, pero tengo posibilidades de ascenso si demuestro mi potencial, pero no sé, no quiero perder mi antigüedad.
Jorge

ESTIMADO JORGE:
Tu situación es la causa más frecuente de la fuga de talento en muchas de las empresas.

Si bien es cierto no es necesario que cada vez que una persona hace bien su trabajo, reciba una palmada en la espalda, tampoco es justo que no se te valore en la justa medida. Hasta cierto modo es una falta de respeto lo que te han hecho.

En un reciente estudio que se realizó a varias empresas a nivel internacional se pudo descubrir que los lugares de trabajo más eficientes y eficaces poseen una cosa en común, una cultura de reconocimiento.

Mira, si tienes el apoyo de tu esposa, no lo pienses más y tírate al agua, en la vida hay que tomar riesgos.

Cuidado y si se dan cuenta que te vas, hasta te hacen una mejor propuesta y aprenden a respetar tu trabajo. Piénsalo, este es el momento de tomar una decisión porque si no lo haces, después te amargarás. ¡Ya sabes!