Y es que son cada vez más los jóvenes que incursionan en un mundo donde la agilidad, destreza, gallardía y amor por el fútbol dan muestra del éxito de uno de los deportes más seguidos en el mundo.

Darwin Pinzón es un chico que dio sus primeros pases en el fútbol a los siete años, cuando comenzó a militar en el Club Unión Nacional, y a partir de allí se ha dado a la tarea de ir formándose como un jugador vital para este onceno.

Su pequeña estatura lo hace un jugador habilidoso, tanto en la media cancha como en la delantera, imponiendo su estilo que lo hace único manejando los hilos de un partido.

"Mi mayor inspiración han sido mis dos hermanos mayores, que veía jugar a diario y eso me incentivó a meterme en un club en el que aún me desenvuelvo", dijo Darwin.

Estudia en el colegio León Antonio Soto, una de sus metas es ser doctor; además, su atleta favorito es el brasileño Ronaldinho a quien trata de imitar en cada una las jugadas que se inventa a la hora de salir a la cancha.

Agregó que "uno de mis sueños es formar parte de una selección y por qué no, jugar fuera del país, superarme y triunfar como lo han hecho otros jugadores del país".

LA OPORTUNIDAD
Darwin ha sabido aprovechar este torneo para darse a conocer entre los aficionados, que se deleitan con sus buenas jugadas en cada uno de los compromisos en que participa y, sobre todo, la oportunidad que le dio su entrenador para jugar con sus compañeros del club.

CONSEJO
Este es un ejemplo para todos los niños, para que no estén metidos en las drogas y para que practiquen este deporte.