Las paredes de madera de la parte superior están desprendidas de su base y ladeadas, agarradas sólo de un costado.

Sólo están habitados dos de los seis cuartos que antes estaban habitados. En la parte trasera del caserón, la madera y zinc se han caído y quedan al descubierto.

Lo que antes eran baños están en desuso y no funcionan, pues suciedad vieja y polvo adornan su alrededor.

En el cuarto de arriba vive el señor Bernardo De Gracia. Abajo vive la señora Zoraida Castillero, de 39 años, junto a sus tres hijos.

Castillero dijo que aún desconoce si el caserón ha sido declarado como condenado, pero ella está buscando dónde mudarse.

Ella tiene 11 años de vivir allí, donde antes pagaba 50 dólares mensuales, pero desde hace 8 años no le cobran ni tampoco le dan mantenimiento a la residencia.

Hace un año que este caserón se ha ido deteriorando poco a poco. Zoraida es madre y padre, desempleada y le gustaría obtener un empleo para irse de allí.