El verano debe ser un tiempo planificado para descansar, disfrutar de las aficiones, relacionarse con los amigos, en definitiva, salir de la rutina y olvidar el trabajo por una temporada. Pero, a menudo, imponemos a los niños que sigan trabajando por miedo a que olviden lo que han aprendido y les cueste más integrarse en el nuevo curso.
Es preferible que desde hoy, deje de presionar a su hijo, ya que no debe olvidar que jugar es una de las fuentes de aprendizaje más importantes.
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