En sus nichos, pinturas y campanario, hay casi 250 años de historia. A sus pies han ido a orar muchos de los hombres que han forjado nuestra historia; sin embargo, hoy se ve marchita. La Parroquia de Santa Ana, erigida en 1764, se está desmoronando poco a poco.
Manuel Mann, presbítero de este templo, dijo que se enteró a través de una experta en remodelación de parroquias, que la iglesia está recubierta con material endeble que permite que las paredes vayan cediendo y por eso se dan las grietas y el deterioro de la cúpula.
Mann explicó que no sólo es esta bóveda, sino que es toda la estructura, por lo que se corre el riesgo si se sigue dando largas a este asunto de que un día sin más la iglesia ceda, por un movimiento telúrico que ayude a precipitar el acontecimiento. Explicó que necesita ser reforzada con materiales de primera calidad, que ayuden a maximizar el fortalecimiento de la parroquia.
El párroco recordó que esta situación tiene arrastres desde la época de los ochenta, cuando regentaba el templo el Monseñor Carlos Ambrosio Lewis, cuando existían cinco cúpulas desde la entrada hasta el altar mayor. "Un día el sacerdote se levantó y se encontró con la iglesia en el piso y eso es lo que queremos evitar", indicó.
El religioso puntualizó que exige una programación más seria en los arreglos, puesto que no se puede seguir tratando estas cosas con parchecitos y medias tintas que al final no benefician ni a la comunidad, ni al turismo. "Si vamos a verlo desde el plano turístico, los turistas de esta área lo primero que vienen a ver son las iglesias", concluyó.
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