El Queen Elizabeth II, uno de los mayores cruceros activo con cuarenta años de historia, atracó ayer en Montevideo como una de las escalas de su última vuelta al mundo, antes de convertirse en noviembre en un hotel flotante en el emirato de Dubai.
"Ésta es la despedida de la reina", aseguró a Efe el director social del barco, Thomas Quiñones.
|