El amor y la perseverancia han sido la clave del éxito de Gladys de Terrado, una mujer de 55 años, que junto a su familia ha luchado por lograr lo mejor.
A pesar de las limitaciones económicas y las pruebas que el destino ha puesto para probar su resistencia, Gladys y su esposo Sixto han sacado adelante a una familia de seis hijos.
Hace dos años, Gladys decidió salir de casa para dedicarse a atender un puestito de pastillas en San Miguelito, y así tener otra entrada económica, además de la de su esposo, quien vende chichas y empanadas. Con paciencia y mucho trabajo, esta amable señora logró que el puestito diera.
"Poquito a poquito, Sixto le iba metiendo al kiosco, y lo que teníamos lo llevábamos a la casa", nos contó Gladys. Y así, poco a poco llegaron las galletas, las piñas, los ganchitos y las sodas.
Uno de sus mejores asesores resultó ser su propio hijo, quien siempre le insistió que incluyera la rica fruta, que resultó ser una de las mejores inversiones, pues se saca "alguito" más que en otros productos. Igualmente, le recomendó incluir las sodas, y hasta ahora sus ideas siempre han sido muy acertadas.
Aunque ahora puede disfrutar un poco de solvencia económica, Gladys no olvida cuánto le ha costado subir desde un pequeño e improvisado puesto, hasta el kiosquito que tiene.
Las inclemencias del tiempo y la maldad de la gente le han hecho perder su negocio y mercancía en dos ocasiones. "Una vez cayó un aguacerón y nos tiró el kiosco. Todo se mojó y comenzamos de nuevo", fue así cuando decidieron hacer mejoras, porque en vez de tener la mercancía en sus cartuchos, compraron frascos para mantenerlos frescos. En otra ocasión, los maleantes hicieron de las suyas una noche, logrando abrir el kiosco para robarse la mercancía con todo y frascos. Esta vez, Gladys tampoco se dejó vencer e instaló un kiosco más seguro.
Fue así, como poco a poco, cada tropezón hizo que Gladys mejorara en su negocio. Sin embargo, no olvida la ayuda divina que siempre le ha dado la fuerza para seguir adelante, "yo siempre le digo a Dios que gracias por lo que Él ha hecho por nosotros y sacarnos adelante".
TEMPRANO
A diario, Gladys despierta desde las 2: 30 de la madrugada, para ayudar a preparar las empanadas y chichas de su esposo.
|