Sé que, por ahora, eso no podrá ser, por eso aceptaré que me lo hagas llegar a través de tu columna.

Soy un hombre que acaba de cumplir 32 años y que, aunque se podría pensar que estoy en edad de tomar decisiones concretas, no puedo. Me siento muy mal, pues la chica con la que salgo me armó tremendo lío, porque cree que no me quiero casar con ella.

Es cierto que por ahora no quisiera compromisos, pero la amo. Me dolió en el alma que se alejara de mí, pero me dijo que no me insistiría más y que sólo la buscara si me había decidido a formar una familia con ella.

Ella dice que los años siguen pasando, cada vez se pone mayor y eso es peligroso, porque desea tener hijos y ser feliz formando un hogar.

Muchas veces, he pensado hacerle la propuesta, pero no sé por qué no me atrevo. Me encanta estar a su lado, es una mujer excepcional, sencilla, dulce y cariñosa.

De veras creo que es la mujer de mi vida, pero no sé por qué me asusta la idea de pensar en matrimonio. ¿Me puedes dar un consejo? El indeciso.

REACCIONA
Hola, me alegra mucho que me escribas y sí me gustaría conocerte, pero ya sabes que por ahora no puedo. En cuanto a tu problema, no creo que sea nada serio. Todos, en algún momento, sentimos esa indecisión al pensar que nuestra libertad se puede poner en riesgo.

No te preocupes y toma las cosas con calma, pues creo que si amas tanto a esa mujer, ese matrimonio será muy bendito. Búscala lo más pronto que puedas, pues podrías perder a la mujer de tu vida.

Creo que aquí no hay mucho que hablar, lo mejor es que salgas corriendo a buscarla y fijes una fecha para la boda.

Si acepta esa chica, espero me invites a celebrar junto a ambos. ¡Suerte!