Era un hombre alegre. Así describió Adela de Rodríguez a su esposo Pedro Rodríguez, de 50 años, al enterarse de que había fallecido, aunque tenían años de estar separados.
El pescador fue hallado por sus compañeros de trabajo, dentro de un pequeño cuarto de dos pisos en La Boca, ubicado debajo del Puente de las Américas.
Según sus amigos, al parecer se cayó del altillo y se dio un fuerte golpe en la cabeza, que al final, le pudo haber provocado la muerte.
Al lugar llegaron los hijos del humilde trabajador del mar, que sin pensarlo, soltaron a llorar, pues siempre fue un buen padre y un compañero.
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