El pasado sábado me tocó ir hasta la Asamblea de Diputados a conversar con los taxistas chiricanos que protestan por un cupo de taxi.
En el lugar me encontré a tres de las esposas de estos hombres, quienes tenían cinco días de haber llegado al lugar para dar apoyo a sus esposos.
Pies descalzos, debajo del sol y durmiendo al aire libre es la condición en la que se encuentran estas mujeres, quienes viajaron junto a sus hijos.
Enseguida, me pregunté por qué estas damas hacen esto, ese sacrificio de dejar la comodidad de sus casas para apoyar al marido.
Asimismo, recordé a mujeres en muchas protestas a las que no les importa la incomodidad, pero que siempre están allí para ellos. Entonces pensé que siempre las mujeres estamos pendientes de esa persona que está a nuestro lado y que ese apoyo incondicional debe ser igual.
El ejemplo lo pongo para que nos demos cuenta de que no importa la condición, lo primordial es estar con esa pareja con quien se une. Y que ese cariño debe ser recíproco.
Creo que esto debe servir de motivación para muchas parejas y que se den cuenta de que el amor es en las buenas, pero también en las malas, y malísimas, y sobre todo que sea de parte de ambos por igual... sin hacerse los frescos. ¡Ja, ja, ja!
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