Lo que pasa es que hace unos meses Ramón estuvo a punto de perder la vida, pues se excedía mucho en el alcohol y el tabaquismo, al punto que padeció problemas emotivos, de presión alta y existenciales, y en esos precisos momentos fue cuando encontró a Dios y le hizo el milagro.

Imagínense lo fuerte que tocó el Señor su corazón, que nos confesó que dejó el alcohol en el mismo tiempo que a cualquiera de nosotros nos dura hacer una oración, cinco minutos o más y, posteriormente, fue dejando otros vicios que tenía, como el tabaco, que tanto daño hace a la salud.

No usaré la frase "increíble, pero cierto", pues no hay nada mejor que encontrar a Dios en el camino, lo que sí les diré es que a Ramón la vida le ha cambiado, pues ahora no sólo es creativo y actor en La Cáscara, sino que también está trabajando en lo que hacía años atrás, teatro. Sí, escribe guiones de teatro, y muy pronto, específicamente para la Semana Santa, estrenará junto al grupo al que pertenece en la iglesia, "Centro de terapia integral", una obra de Jesucristo, pero con un estilo muy moderno, divertido y respetuoso, como lo que hace en La Cáscara. Ah, y no trabaja solo, pues su hermana Vilma Morales, una genio como él, le ayuda y apoya en todo. ¡Bien hecho!

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