Su meta es salir pronto y echar pa’lante. Han pasado tres años desde que Arelis Rivera Arosemena llegó al Centro Femenino de Rehabilitación por estar acusada del delito contra la salud pública (droga). Hoy, a sus 23 años, tiene esperanzas de salir por una medida condicional.
Para ella la experiencia ha sido difícil, pero ha tratado de aprovechar el tiempo. Arelis participa en los cursos de informática que ofreció la Fundación para el Apoyo Social y Educativo (FASE), mientras sale de la cárcel y pueda terminar su licenciatura en Trabajo Social, que abandonó cuando cursaba segundo año porque, según ella, fue vinculada injustamente en ese delito.
Ahora, la cárcel la ha ayudado a madurar y aconseja a los jóvenes que piensen dos veces las acciones que llevarán adelante, porque en prisión están limitados a crecer.
En la entrega de obsequios que realizó FASE, ella no vaciló y subió al escenario a cantar, ya que es uno de los tantos dones que tiene.
LAS APOYAN
En tanto, María de Lourdes de Townshend, presidenta de FASE, aseguró que tiene cuatro años de trabajar en el penal y su meta es ofrecerle ayuda a las mujeres para que cuando salgan puedan enfrentar la vida. Los cursos son académicos y de motivación personal.
Actualmente, hay cuatro cursos con una capacidad para 25 personas.
Afirmó que más adelante tiene programado hacer un taller de manualidades para que cuando salgan(reclusas) tengan una cuenta de ahorro con los ingresos que este oficio les deje.
La parte cultural del evento estuvo a cargo de las privadas de libertad, que bailaron, cantaron y modelaron.
¿CUANTAS HAY?
Unas 424 mujeres están en el centro penitenciario por delitos como la venta de sustancias ilícitas y homicidio.
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