Monseñor José Dimas Cedeño, arzobispo metropolitano, expresó que la Cuaresma es una época de cambio espiritual, de conversión y de rectificar la mala conducta del pasado. "Cómo seres humanos nos equivocamos, pero debemos tener capacidad de reflexionar, de tener un cambio y mejorar".
Monseñor Cedeño manifestó que el desenfreno es un pecado, es un mal, y se debe mantener la razón.
Finalmente, recalcó que se deben fomentar los valores en la familia para evitar que la violencia crezca. Cuando un niño crece en un hogar en el que no hay amor, no siente amor hacia los demás. Por eso, es necesario fortalecer ese pilar que es la familia para poder acabar con la violencia.
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