Así lo expresó Itzel Caballero, dueña de uno de los cubículos en el mercado. Ella dijo que desde que se comenzó a decir que en el lugar había muchas ratas y que los puestos estaban sucios, las personas ya no quieren comprar y los que se acercan dicen expresiones desagradables como "si hay ratas, no compro", actitud que mantiene a los negociantes preocupados.

Antes de darse esta situación, la vendedora recibía unos 48 pedidos de legumbres y granos de familias que no podían llegar hasta el mercado, y ella los entregaba a domicilio. Ahora solo hace unos seis, lo que le ha causado durante el último mes cientos de dólares en pérdidas.

NO SON LOS UNICOS
Otros que ya están sintiendo la baja en las ganancias son los carretilleros, ellos dijeron a DIAaDIA que antes, al día, trasladaban hasta 10 viajes de sacos a sus clientes, ahora han llegado a cargar solo dos o tres, esto ya no les está resultando, pues la gente les paga lo que desea, y sentarse tanto tiempo en un lugar por dos dólares no es rentable.

A pesar de las pérdidas que han tenido algunos de los vendedores, la única parte positiva que ellos le ven al problema es que los arrendatarios han tomado conciencia y el mercado parece como nuevo, debido a la constante limpieza que se está haciendo.

MENOS GENTE
Antes, los fines de semana, el mercado estaba abarrotado, la situación ha cambiado notablemente.