Cuando se preparaban a descansar en el duro suelo, el ángel mayor vio un agujero en la pared, entonces se apresuró a repararlo, viendo esto el ángel pequeño, le preguntó por qué hacía eso, a lo que el ángel mayor le respondió: "Las cosas no son siempre como parecen". La siguiente noche, los ángeles pararon a descansar en una muy pobre granja, el granjero una persona muy hospitalaria y su humilde esposa, amablemente compartieron la poca comida que tenían y les permitieron dormir en su propia cama, para que tuvieran un buen descanso.

Cuando el sol salió a la mañana siguiente, encontraron al granjero y a su esposa llorando, porque su única vaca estaba muerta. De esta vaca obtenían ganancias por la venta de la leche.

El ángel pequeño enojado le gritó al más viejo: ¿Por qué permitiste esto si a la familia rica que nos trató mal, hasta le arreglaste un agujero en la pared y a esta pobre gente le permites que se les muera su única posibilidad de sustento?. El ángel mayor le explicó: "Cuando estábamos en el frío sótano de la familia rica tapé el agujero porque había oro y consideré que no lo necesitaban. Anoche cuando descansábamos cómodamente, la muerte llegó por la esposa del amable granjero, entonces le di la vaca en lugar de la esposa. Ya ves, las cosas no son como parecen.