Estas actividades se concentraron en el paseo de la Calle Primera y en el corregimiento de Cativá, donde se podían ver diablos grandes y chiquitos con atuendos llamativos.

La seguridad era notoria, unidades de la Policía Nacional estaban ubicadas alrededor del espectáculo, para evitar enfrentamientos entre bandas, trifulcas y robos.

Los niños desafiaban a los pequeños diablos que los golpeaban con los "whipis" (madero con soga), como parte de la danza. "Diablo sin pan..., diablo sin pan...", es lo que coreaban los jóvenes y niños que jugaban con los diablos en Colón.