Rodolfo "Candelilla" Aparicio elevó su mirada al cielo y le dio gracias a Dios.
De repente, un nudo se estacionó en su garganta, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas de alegría por haber conquistado la hazaña que con tanto sudor y sacrificio había perseguido: 800 imparables en los Campeonatos Nacionales de Béisbol Mayor.
"Fue un momento increíble. Inmediatamente cuando conecté el imparable 800 le di las gracias a Dios. Este imparable se lo dedico a mis padres, a mi esposa, a mi provincia de Chiriquí y a todo Panamá", dijo ayer vía telefónica Aparicio, mientras se dirigía hacia la provincia de Colón.
"Mil gracias le doy a todo Panamá y a mi provincia de Chiriquí por el respaldo que he recibido a lo largo de mis 21 años de carrera en la categoría Mayor", agregó.
Aparicio conectó el incogible 800 en el Estadio Nacional Rod Carew ante la novena de Panamá Metro.
Precisamente, antes de entrar al cajón de bateadores y escribir una página dorada en la pelota panameña, el jugador chiricano reveló que no sintió ningún tipo de presión.
"Antes de tomar el turno, estaba positivo. Nunca sentí presión. Gracias a Dios llegó el imparable ante el primer lanzamiento del izquierdo Jhonny Córdoba", expresó.
Cabe mencionar que en la noche del sábado, "Candelilla" sonó su cañonazo 800 en su tercer turno oficial, como bateador designado. Al final bateó de 3-3, un triple, con una carrera anotada y dos remolcadas.
Este fue el segundo juego de la temporada 2008 para Chiriquí. En el primer juego ante Herrera en el Estadio Rico Cedeño de la ciudad de Chitré, Aparicio se fue en blanco en tres turnos.
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