No obstante, las ganas de estudiar de Nicolás no son suficientes, pues dentro de dos semanas iniciarán las clases y él aún no tiene uniformes ni útiles escolares ni mucho menos el dinero para comprarlos.

Cristina, su madre, nunca ha trabajado; su padre, de 58 años, sólo realiza "camarones" limpiando terrenos, entre otras actividades, y lo que gana sólo les alcanza para la comida y el pago de la luz, la cual les cuesta B/.20.00 mensuales, a pesar de los pocos artefactos eléctricos que tienen.

QUIERE UNA BECA
Nicolás y su familia viven en Las Mañanitas sector 1, en una casa modesta. Este niño de cara inocente, solicita al IFARHU que le otorgue una beca para sus estudios; ya está matriculado en en el Centro San Miguel Arcángel, ubicado en el mismo lugar donde vive.

"Yo sólo deseo que me ayuden, porque quiero ser un profesional", dijo mientras enseñaba su boletín de sexto grado.

Su madre lo describió como un niño muy estudioso, ordenado y tranquilo, que es muy obediente y que a pesar de vivir en un lugar como Las Mañanitas se conserva muy inocente y no tiene malas compañías.

DESTACADO
Durante los seis años de escuela primaria, ocupó puestos de honor por su buen desempeño escolar.