SECCIONES
DE INTERES
  IMPACTO
Google
 

El mar ha hecho de las suyas en Garachiné
La hilera de gaviones que han colocado los moradores no ha servido de mucho. Les urge un muro de contención. (Foto: HERMES GONZÁLEZ)

Carolina Sánchez P. | Hermes González

DIAaDIA

Garachiné es una comunidad de gente hospitalaria y trabajadora, está ubicada a orillas del océano Pacífico en Darién.

Una parte de la población son personas que han emigrado de las provincias centrales buscando tierra para dedicarse a la agricultura, y que fueron aceptados por los nativos.

Esta humilde comunidad desde hace años se está enfrentando al fenómeno de que el mar está arrastrando la tierra y poco a poco los habitantes han tenido que correr sus viviendas hacia más adentro. Es más, entre la lama aún se aprecian las ruinas en donde estaba la primera iglesia que se construyó en la comunidad.

Mirian Chorcha, quien nació en ese lugar, expresó que una de las necesidades prioritarias que tiene Garachiné es la construcción de un muro de contención, porque sus antepasados vivían más cerca al mar y ahora vemos cómo poco a poco las casas han tenido que ser removidas. "Esto viene ocurriendo desde los años de 1960 y nos mantiene preocupados, porque el 98% de la población es pesquera y de escasos recursos. Necesitamos un muro con bases fuertes para evitar la erosión y así proteger nuestras viviendas", adujo Chorcha.

Para llegar a la orilla de Garachiné, hay que caminar por un manglar. Pegado a la playa hay unos gaviones (bolsas de alambre con piedras) que colocaron para evitar los efectos del mar, pero aún así la débil estructura no frena la furia de la naturaleza.

Al recorrer el pequeño poblado, se observó que en cada uno de los patios de las casas las personas secaban café, arroz y otros granos para consumo de ellos.

EN BUSCA DE ALGO DIFERENTE
Sentada y disfrutando de la sombra de un árbol estaba Agustina Cedeño Baso, quien no recordó su edad. Ella tiene 30 años de vivir en Garachiné y es oriunda de Las Tablas. "Mi hijo se vino a probar suerte en Darién y luego regresó a Las Tablas y nos pidió que lo acompañáramos. Nos radicamos y nos dedicamos a la agricultura", aseguró Agustina. Ella degustaba de un arroz con frijoles y pescado frito. Todo ese menú producto de la siembra y la pesca a la que se dedican.

SON MUY CREATIVOS
A medida que avanzaba el día era evidente observar cómo las personas se las ingeniaban para ganarse la vida honradamente, a través de la venta de pescado y la venta de chicheme de maíz, que ofrecen de casa en casa.

Tal es el caso de Yianica González, quien es miembro de una iglesia cuadrangular. Ella junto a otros dos miembros vende chicheme para recoger fondos que servirán para cuando tienen que ir a predicar la palabra de Dios.





 
ADEMAS EN ESTA SECCION...
Divisonismo atrasa educación
Todavía faltan más casos
Pese al temor, el deber los llama
Otro parque para Santa Ana
Aumento no tiene razón de ser
Esperan la construcción de una carretera


OTRAS NOTAS

Carolina Sánchez P.


Sacaron cuenta y no les da


Encuentran cocaína en yate


Bomberos en alerta por quemas

 
ciudad de panamá 
copyright © 1995-2010 DIAaDIA ONLINE, todos los derechos reservados