Muchos padres no se preocupan por la calidad de los alimentos que ofrecen a sus hijos. La merienda, si está bien equilibrada, no tiene por qué provocar la obesidad en el niño. Pero los padres, por la prisa o por falta de tiempo, muchas veces colocan en la lonchera alimentos que pueden alterar el estado de salud de los niños.
Lo que no se debe hacer:
- El ofrecer al niño apenas solo un paquete de galletas y un jugo de cajeta.
- Permitir que el niño coma papas fritas.
- Pensar que con apenas un dulce el niño estará alimentado.
- Sustituir los jugos de frutas (porque al niño no le gustan) por las bebidas gaseosas.
|