A través de los años, muchos residentes en la barriada San Vicente en Puerto Armuelles ven cómo sus patios se desmoronan poco a poco por tener como vecino al río Corotú que amenaza con meterse a sus casas.
Son varias las familias que han tratado siempre que las autoridades las ayuden con la colocación de gaviones para frenar el derrumbe de las tierras, pero hasta ahora solo han recibido promesas incumplidas.
Para la señora, Jilma Allar, la preocupación más grande que tienen es quedar sin sus residencias, porque el derrumbe de la tierra es algo constante y silencioso.
Expresó que están dispuestos a ayudar con su mano de obra para trabajar en la instalación de los gaviones, pero necesitan que el Gobierno los apoye con las estructuras.
Son varios metros desde el barranco donde se encuentran las casas hasta el afluente del río Corotú.
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