Tarde de piscinas. Ayer, en el populoso barrio de Curundú, la gente celebró el Martes de Carnaval con piscinas de todos los tamaños y colores.
Pero los que más disfrutaron de las piscinas fueron los más pequeños, quienes se daban chapuzones mientras jugaban con sus amiguitos.
En tanto, los adultos la pasaban escuchando música, bailando y saboreando el tradicional saus, en un ambiente familiar entre vecinos.
Con esto, los curundueños demostraron que con poco dinero y algo de imaginación se puede disfrutar de un buen Carnaval.
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