No cabe duda que la gran realidad es: la Semana Santa dejó de ser lo que era. Ahora se habla de la Semana de Turismo o descanso.
Años atrás, las cosas eran distintas. Las personas mostraban más respeto en estos días y esto se ha perdido.
Hace unos 10 ó 15 años la televisión acompañaba el espíritu religioso, pues en los diferentes canales se transmitían películas como: "Moisés", "Jesús de Nazareth" y no existían los programas de humor, como sucede actualmente.
En esa época, restaurantes, bares y discotecas permanecían cerrados y las familias en sus casas. Ahora, todo permanece abierto, mientras las personas pelean por conseguir pasajes para irse de "vacaciones" unos días.
Conversamos con la señora Josefa, y comprobamos que muchas personas ya no se toman en serio la muerte y resurrección de Jesús.
La "abuelita", como la llaman cariñosamente sus amigos y familiares, asegura que cuando era joven en estas fechas sus padres no la dejaban salir de casa. Además, no se veía a los niños jugar o a las familiares reunirse para cocinar y beber como si estuvieran en una fiesta.
"Parece que se han olvidado del verdadero significado", dijo. No es una celebración, son días para reflexionar, para arrepentirse de los pecados y dar gracias al Señor por salvarnos.
Para ella también ha cambiado la manera de guardar. Antes no se comía carne, era remplazada por los mariscos; pero ahora a nadie le interesa.
Además, es necesario mencionar que los sacerdotes hacen el llamado a las personas a abstenerse a comer o hacer cosas que le fascine, es decir, si usted es de los que todos los viernes se toma una soda, entonces en estas fechas procure no hacerlo, sería una manera de guardar.
También no se podía ir al monte, ni se prendía fuego. El Miércoles se preparaban tortillas, chicheme y bollos que comían con raspadura el jueves y viernes. Actualmente, los más jóvenes, salen a bailar a la discoteca, se van de paseo a las playas y hasta se hacen diversas actividades como (Miss Reef, surf, entre otros). ¡Sorry!
En cuanto a los adolescentes, muchos participan en las actividades que se desarrollan en la cuaresma, otros no. Quizá sea el resultado de la información que reciben de sus hogares y en los diferentes medios.
Hay que tomar en cuenta que los jóvenes están en una etapa que no saben quiénes son y se ven como un espejo en los demás. Es por ello que pierden el interés por la influencia del entorno, es decir, si su mamá o amigos no van a misa, él tampoco quiere ir.
Lo cierto es que a pesar de las procesiones, Vía Crucis u otras actividades, para que las personas conozcan todo sobre la vida de Jesús, son pocos los creyentes. Para muchos panameños, estos son días de descanso y diversión.