Es una mujer luchadora.
A sus 77 años, doña María de Hicks todavía tiene fuerzas para seguir trabajando.
Ella sale de su casa todos los días a las cinco de la mañana y se dirige a su puesto, en el Mercadito de Calidonia, para vender inciensos.
Ella emigró a los 16 años de las tierras del indómito Urracá para establecerse en la capital en busca de mejores días y desde entonces no ha parado de trabajar.
Corría el año de 1976 cuando instaló su pequeño negocio en el famoso mercado. Siente que no le ha ido tan mal, pero que últimamente el negocio no está tan bueno como en años anteriores.
Gracias a su tenacidad y amor hacia el trabajo pudo educar a sus dos hijas, por lo que le satisface de gran manera que ahora ellas tengan una buena educación.
A pesar e que las ganancias ya no son tan jugosas y de milagro saca para pagar las deudas, siente que para estar aburrida en su casa mejor se distrae laborando, a la vez la ayuda para estar activa.
En un futuro piensa retirarse. "A lo mejor alquilo este puesto o lo vendo, tengo que estudiar qué es lo mejor me conviene", expresó María. Ella irá a disfrutar de unas merecidas vacaciones, después de tantos años dedicados al trabajo.
Expresó que eso de que no hay trabajo son puras mentiras. Según esta mujer, al panameño le da pena hacer más de cuatro cosas, razón por la cual los extranjeros ocupan todos los trabajos informales.
Recomendó dejar la pena de un lado, ya que esto no lleva a nada bueno y los exhorta a que sean creativos a la hora de ganarse la vida. Afirma que "el que se lo propone triunfa en la vida".
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Tres reyes, incienso, mirra, benjur, caraña hedionda, saca lo malo, triple suerte, destrancadera y dinero. |