Luego de dispararle dos tiros en la cabeza, el cabo Rubén Aguilar, de 32 años, intentó suicidarse de la misma forma. Migdalia murió instantáneamente en la sala de la casa, mientras que Rubén fue llevado de urgencias al hospital, resultando con muerte cerebral; su vida ahora depende de una máquina.

Según testigos, el policía, que estaba uniformado y con el arma de reglamento, llegó a la garita de seguridad y luego de hablar con el guardia, entró a la barriada pidiéndole a una empleada que lo llevara hasta Migdalia. Luego de encontrarse con ella, mantuvieron una discusión, que culminó con la trágica muerte de la joven. Se presume que se trate de un crimen pasional. Según informes de la Policía, Aguilar no tenía antecedentes de casos de violencia intrafamiliar.

Un miembro retirado de la Policía explicó que, al momento de ingresar a la institución un aspirante, se le hacen ciertas evaluaciones sicológicas, sin embargo, muchos oficiales pasan con puntuaciones bajas. Posterior a ello, no existe un período específico definido para realizar nuevas pruebas, al menos que exista algún indicio de que el policía pueda estar afrontando problemas, ya sea de comportamientos antisociales en su trabajo o de violencia intrafamiliar.

¿LIBRE?
Todavía no se ha confirmado si la unidad se encontraba libre o si estaba trabajando tiempo remunerado.

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