No hay edad para trabajar. De esto puede dar fe, Lucio Chanis, un señor de 69 años que todos los días sale a la calle a vender sus productos. Siempre atiende a sus clientes con buen sentido del humor.
Sólo tiene un año de dedicarse a la venta ambulante en Calidonia, pues antes cuidaba carros en el mismo sector, pero por su edad dejó la actividad antes de que se lo robaran con todo y carro ajeno, dice entre risas.
Aquí me va mejor, yo sabía que era más rentable, por eso me cambié y no me quedé en mi casa haciendo nada.
Su puesto está organizado, frasquitos llenos de pastillas y golosinas y cada galleta una al lado de otra.
Se le puede encontrar cada día en la esquina de Casa López, en Calidonia; allí guarda su mercancía y él carga sus cajetas solito.
Desde las 8 de la mañana está vendiendo sus guineos para culminar su jornada a las 6 de la tarde.
En medio de sus remembranzas, dice que en los tiempos de antes la gente era más trabajadora, donde iba, conseguía trabajo, hoy las cosas son diferentes.
Lo que hace le gusta, además que lo mantiene activo.
LO AYUDAN
Por el área todos lo conocen; hay quienes lo ayudan a mover su mesa a cierta hora del día.
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