Su estado es deprimente, pero a sus moradores parece no importarles. Se trata de la barraca Good Year en Santa Ana, donde sus inquilinos pasan por debajo de una "catarata" y hasta de vez en cuando los niños se bañan allí. Al parecer, hace más de cinco meses las plumas de las tinas de lavar y de los baños de ambas plantas están dañadas, por lo que las 24 horas al día el mar de agua fluye por los pasillos.
Sodelba de Fernández, una inquilina, dijo que han recogido dinero para las reparaciones de la planta de abajo, pero los de arriba no ponen de su parte.
Sin embargo, esto es sólo un pequeño problema, frente al peligro a que se exponen por las balaceras diurnas, además de que menores de 12 años tienen sus propios cuartos.
El agua limpia se conjuga en el suelo con las aguas negras, la basura y hasta el excremento son partes del diario vivir. Para colmo, los baños y los servicios están tapados, bañarse afuera y hacer sus necesidades en cartuchos, ya es normal.
De los 121 cuatros que la componen, se estima que unas 40 familias la habitan. Algunos destacaron que ninguno se preocupa por vivir mejor, mientras que el resto pide soluciones sin mover un sólo dedo.
PENDIENTES
Dayana Batista, trabajadora social de la Junta Comunal, dijo que las familias viven en desempleo y violencia intrafamiliar y hay poca seguridad por el vandalismo.
Hemos puesto los grifos y los mismos moradores se los roban al día siguiente.
SIN LEY
Las armas abundan en esta barraca en manos de menores, nadie hace nada por combatir esta situación.
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