En los diez minutos que estuvimos con el señor Edwin, nos percatamos de que los conductores, encienden sus luces intermitentes, se detienen y bajan por un rico y refrescante raspa'o. Entre estos clientes, también están los padres de la patria: los diputados, nos contó.

Así­ mismo, los peatones, quienes antes de seguir sus destinos, hacen un alto y se refrescan.

La venta es tan buena, que el señor Edwin nos atendió a duras penas, entre cliente y cliente. No lo dejan ni respirar, pero gracias a Dios, tiene su pan diario, por las ventas que hace durante el dí­a.

De esta manera, el señor Edwin se gana la vida honradamente, y pueden sobrevivir él y su familia.

El señor Edwin tiene tres años de vender raspa'o en el mismo lugar, y hasta la fecha le ha ido bien.

Ya sabe, si está de compras por la 5 de mayo, puede darse una vuelta por los predios de la Asamblea y comprar un delicioso raspa'o, para continuar con sus compras.

¿A CUANTO?
Puede pedir los raspa'os de varios sabores y colores y a un precio bien accesible: 25 centésimos.