Acomodando y vendiendo los libros, revistas, peinillas y baterías de su puesto, es que se le va el día a Joseph Flores.
Este vendedor está desde 1981, haciendo negocio en Salsipuedes. Aunque empezó vendiendo sandalias, ya no queda nada de eso.
Él era el ayudante del puesto que tenía la tía de su esposa en el mismo lugar, pero un día dispuso abrirse camino, fue cuando se aventuró a vender revistas y artículos varios para ganar dinero.
Con persistencia ha mantenido abierto su pequeño puesto, y con las ganancias está terminando de pagar la universidad a dos de sus tres hijos.
Logró que su hija Jenny terminara su carrera de Banca y Finanzas, Leo estudia Medicina y Joseph está por culminar su carrera de Ingeniería Civil.
Reconoce que lo logró, ajustándose con los gastos que tenía en la calle.
Para mantenerse activo, decidió comercializar revistas y textos escolares de segunda, también canjea novelitas de amor, vaqueras, escolares y compra revistas.
En este lugar hay meses buenos, como octubre y noviembre, que es cuando se venden artículos típicos y coronas florales; además de la época de escuela, cuando se venden textos escolares.
La venta de peinillas, ganchos y baterías ha decaído, porque hay muchos centros comerciales, sumado al traslado de las piqueras de Capira y La Chorrera. "Ya la gente no viene", dijo el comerciante.
Recuerda que en la década de los '80, los sábados eran unos días buenos para vender y se quedaban hasta las 9 de la noche, pero ahora hay que salir antes de las 6:30 de la tarde, porque hay poca seguridad.
HA CAMBIADO
Ha diversificado su mercancía para poder mantener vivo su negocio. Se esfuerza en vender más.
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