Es un escrito sensacional que toca corazones y cambia de mentalidad. Quizá usted también ha pasado por esta experiencia.
Tomás Martín Tamayo, periodista y escritor, en uno de sus excelentes artículos periodísticos, llamado "Oración para meditar", recoge de una postal la sorprendente y enjundiosa oración de un niño.
Esa inocente oración recorrió el mundo en cuatro años, luego llegó a sus manos. A él le pareció sorprendente y deliciosa en su ingenuidad, y digna de ser conocida.
Literalmente, decía así: "Señor, esta noche te pido algo especial, quisiera convertirme en un televisor, quisiera ocupar su lugar.
Quisiera vivir lo que vive la tele de mi casa; es decir, tener un cuarto especial para mí y reunir a los miembros de mi familia a mi alrededor. Ser tomado en serio cuando hablo y convertirme en el centro de atención al que todos quieren escuchar, sin interrumpirle, ni cuestionarle.
Quisiera sentir el cuidado especial que recibe la tele cuando algo no funciona y tener la compañía de mi padre cuando llega a casa, aunque esté cansado del trabajo.
Y que mi madre me busque cuando esté sola y aburrida , en lugar de ignorarme, y que mis hermanos se peleen para estar conmigo, y que pueda divertir a todos, aunque a veces no les diga nada.
Quisiera vivir la sensación de que lo dejan todo para pasar unos momentos a mi lado.
¡Señor, no te pido mucho, sólo vivir lo que vive cualquier televisor! ". Tú puedes hacer la diferencia.
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