Muy impresionada quedé cuando hace días, a bordo de un taxi, el conductor paró en el Seguro de Transístmica y después de que todos corrieran a subirse al bus, el cual recogió a los pasajeros lejos de la parada, el chequeador (panameño que lleva el control de los minutos de diferencia entre cada diablo rojo), le comenta al "pavo" (ciudadano que va generalmente guindado en la puerta o vociferando, desde la ventana de derecha del primer puesto la ruta del diablo rojo): "¡Hey!, esa señora está brava conmigo porque tú no paraste allá.
El pavo grotescamente respondió como si lo hubieran insultado: "Que se vaya pa' la... Esa vieja de la... ¿Qué se cree ella? "El conductor aceleró.
Cuando miré para ver a la usuaria, era una señora de unos 65 años, quien sostenida por un bastón, trataba de subir a un bus, pero nadie hizo caso a su petición.
Me pregunté por qué no tuvieron por lo menos la amabilidad de recoger a la señora, ya que más que una infracción al Tránsito por no entrar a la parada, es una falta de cortesía y de consideración con nuestros adultos mayores, que por cierto son más de 300 mil en nuestro país.
¿Será que no tienen abuelas, madre o tías?
¿Será que ese pavo piensa que nunca llegará a esa edad? No quiero estar equivocada, pero quién sabe y necesite de un bastón para caminar. Creo que ese ciudadano, si estuviera en el lugar de la anciana, también hubiese querido, mejor dicho necesitado, que el bus le parara. Todos tenemos un adulto mayor en nuestros hogares, señores, tratémoslos como se lo merecen. [email protected]
|
