Desde el inicio de la Semana Santa, cientos de personas se dirigen hacia la Basílica de Atalaya para mantenerse en oración y meditación en este templo, donde se encuentra la imagen de Jesús Nazareno.
La iglesia permanece abarrotada de los devotos de Jesús Nazareno, quienes llegan a pagar sus mandas; otros prefieren el silencio y estar en plena meditación y ayuno hasta el Domingo de Resurrección.
Erasmo Valdés, residente de Atalaya, dijo que muchas personas siguen caminando largas distancias para llegar a cumplir sus promesas, pedir un milagro o simplemente porque ellos prefieren escuchar las eucaristías que se celebran en esta parroquia.
La llegada de mucha gente a Atalaya en estos días de Semana Santa también obedece, de acuerdo con Valdés, a que no pudieron asistir al primer Domingo de Cuaresma ya celebrado y de esa forma evitan estar en la aglomeración; por lo tanto, prefieren ir en esta fecha, cuando hay menor cantidad de personas.
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