Tengo una amiga que es casada hace como dos años, pero cuando empecé a salir con ella, jamás creí que sería para querer hacerla mi esposa, pues éramos sólo amigos.
Pasamos muchos meses saliendo a conversar y a estudiar, pues estamos juntos en la universidad, pero un buen día la encontré inconsolable, porque había descubierto que su esposo salía con su secretaria.
Todo fue muy feo, pues los encontró en su casa y en su propia cama.
Yo, en esos momentos, no supe qué hacer y la invité a vivir conmigo para que se recuperara, pero ese convivio me llevó a enamorarme de ella, al punto que hoy deseo decirle la verdad.
Han pasado tres meses y lo que deseo saber es si ella ya estará bien para que asimile lo que le diré.
A veces creo que sí, pues cuando me levanto y le hago el desayuno y le arreglo la cama, me mira con tanto amor que hasta me pone nervioso.
Hace poco, mientras dormía, sentí que alguien se acostó a mi lado y cuando abrí los ojos, era ella y me dijo que tenía miedo, que quería que yo la acurrucara. Lo hice, pero con respeto; sin embargo, no puedo seguir callando, quiero besarla y hacerla mía.
Me dijo que necesita confesarme algo y no sé qué es. Me preocupa, pero también me hace pensar que sienta lo mismo que yo. ¿Me ayudas? Ricardo.
DILE LA VERDAD
Qué tal Ricardo, por lo que me escribes, puedo notar que eres un hombre de mucho sentimiento, que merece a toda costa ser feliz y por eso te deseo lo mejor.
Bueno, me pediste un consejo y creo que lo mejor en estos momentos es que le digas la verdad a esa chica. Me parece que ella merece que seas sincero, aunque no sienta lo mismo por ti, que dudo que no sea así.
Quizás ella en su relación nunca tuvo lo que tú le das y por eso se siente bien en tus brazos, aunque no debes aprovecharte de eso.
Dile lo que sientes cuanto antes y arriésgate, pues el que no hace eso, no llega a tener algo en la vida. ¡Suerte!
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