Su jovialidad lo hace un comerciante divertido. Eduardo Arena, de 42 años, se dedica a la venta de "raspao" desde hace tres meses, con lo que consigue satisfacer sus necesidades.
Su faena laboral empieza a las 10:00 a.m. cuando se traslada hacia la Calzada de Amador para refrescar a los turistas que visitan este sector.
Eduardo padece de una leve discapacidad para hablar, pero eso no es impedimento para que entable una conversación con sus clientes.
Él trata de recorrer casi todos los lugares para llevar sus productos a todas las personas, pues en otras ocasiones está en Cabo Verde y Avenida Nacional.
Explicó que el negocio está bueno, pero uno de los problemas con los que se ha enfrentado ha sido el aumento de los productos y artículos que utiliza para su negocio. "He tenido que subir de 0.25 a 0.40 y resulta triste ver cuando las personas se admiran del costo, pero lamentable todo va para arriba", dijo el comerciante.
Eduardo viven en Calle 12, Santa Ana, en donde pasa una que otra hora libre pensando en que hará para mejorar su venta, pues le gusta que las personas se sientan complacidas con sus "raspaos".
La semana pasada, este raspadero aprovechó el traslado de las personas hacia Darién y el Archipiélago de Las Perlas y se fue al Muelle Multipropósito para vender y obtener una ganancia.
Durante la entrevista que le hacía DIAaDIA mientras atendía a sus clientes, este panameño manifestó que a pesar de que todo ha subido, siempre brinda un buen producto, pues de eso dependerá el éxito de su negocio.
Entre los sabores que ofrece el comerciante están: naranja, fresa y uva.
DOS CARRETILLAS
Cuando va hacia la Calzada de Amador se lleva la más bonita.
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