Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, pero cuando la realidad golpea con el duro puño de la adversidad, el espíritu se derrumba. Este es el caso del Sr. Asunción Castillo, quien ante los retos que la vida le ha puesto ha perdido la fe. "Parece que Dios no me quiere escuchar", sostiene. Entre el desempleo y la mala salud de su esposa Librada, quien lleva más de 23 días hospitalizada por un problema de circulación que le ha provocado úlceras en los pies, este hombre tiene una difícil situación que afrontar.
Durante el tiempo que su esposa ha estado recluida en el hospital Santo Tomás, Asunción no ha podido "matar sus camarones" de albañilería para llevar el sustento a su casa, ubicada en el sector 8 de La Paz, Loma Cová, ya que debe permanecer en el hogar al cuidado de sus dos hijas: Ángela, de nueve años, y Natividad, de doce, y lo que más le atormenta es no poder proveerles alimentación. "Muchas veces alcanza sólo para una comida al día", afirma. Sumado a lo anterior, cada día que pasa crece la cuenta del hospital y con ella los gastos en medicamentos para el tratamiento de su esposa, cuentas que no sabe con qué dinero va a pagar, ya que ni pasaje tiene para ir a verla, limitando las visitas a sólo una o dos veces por semana.
Aunque la comunidad ha realizado colectas para ayudar a esta familia, no ha sido suficiente y el Sr. Castillo solicita ayuda económica, comida y un trabajo para poder levantarse dignamente y poco a poco lograr su sueño de ampliar su casita.
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