A falta de un centro de salud en su comunidad, su hija murió de una manera extraña y repentinamente. "Odalis" tiene 16 años, pero hace un año tuvo a su primera hija, una niña la cual nació en el Hospital Nicolás Solano de La Chorrera y, luego de unos días, la llevó a vivir a la comunidad de Los Uveros, en una pequeña casa de tablas y pencas, junto a sus dos hijastros.
Por nueve meses, la bebé a la cual bautizaron con el nombre de Odilis Valdez Soto, vivió en la casa al cuidado de sus padres, no obstante, en 15 días se enfermó repentinamente, al sufrir de fiebre y diarrea.
Asegura que la fiebre desaparecía por momentos, gracias a un remedio que tenía en casa y que habían dejado los médicos en una de las giras realizadas, pero no atina a indicar qué tipo de medicina era, pero luego la situación se complicó con la diarrea.
Con algo de inocencia, la joven madre cuenta que junto a su pareja, salió "por ahí" hacia el poblado de Tres Hermanas, distante, a hora y media de Los Uveros, buscando al auxiliar de enfermería que atiende en el puesto de salud, pero éste no se encontraba.
Decidió continuar el camino, abordando una chiva para ir hacia el Hospital Nicolás Solano, pero "la niña no aguantó y murió en el camino; eran como las doce mediodía".
Agrega que su pareja decide no seguir el viaje y regresarse con el cuerpo de la bebé hacia Los Uveros.
Afirma que por el resto del día y de la noche, velaron el cuerpo, y un vecino les regaló el pequeño ataúd, para el día siguiente esperar a que el Delegado de la Palabra, realizara una oración y llevar a sepultar el cuerpo en el cementerio cercano.
"No sabemos a ciencia cierta, qué enfermedad le provocó la muerte", dijo Odalis.
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