1. El SMI aprovecha al máximo el papel inmunitario de la dermis con seguridad, facilidad y conveniencia.

2. El SMI consiste en una jeringa de vidrio prellenada con la dosis exacta de vacuna.

3. La microaguja preacoplada está específicamente diseñada para la inserción perpendicular dentro de la piel, asegurando una correcta ubicación de la aguja.

4. La microaguja es más pequeña y más delgada que aquellas utilizadas para la administración intramuscular.

5. La corta longitud y el grosor reducido de la aguja hacen que la inyección sea más segura, con un riesgo menor o casi nulo de dañar nervios y

o vasos sanguíneos.

6. Una vez que la inyección se ha administrado, un sistema de bloqueo cubre e inhabilita la aguja. Esto ayudará a minimizar el riesgo de lesiones por punción con la aguja y va a prevenir la reutilización ilícita.